El primer paso para conseguir un buen planchado es utilizar el aparato y los accesorios adecuados.
Siempre que se lava un tejido, la acción combinada del agua caliente o del agua fría puede hacer que la tela se ponga rígida y que cambie su forma. El objetivo del planchado no es sólo alisar el tejido sino también restaurar la forma y posición naturales del material.