Sigue estos pasos básicos para preparar un espresso perfecto: con una crema perfecta, un toque de espuma sedosa y un sabor duradero
Cada vez que ajustes el molinillo, hazlo de un clic a la vez.
Selecciona un buen café en grano que se adapte a tu paladar. Ten en cuenta su fecha de tueste para garantizar frescura y su nivel de tostado (desde ligero hasta extra oscuro). Guárdalo en un recipiente hermético y, una vez abierto, consúmelo en un máximo de 2 semanas.
El agua representa la mayor parte de un espresso, por lo que debe ser fresca y renovada diariamente. Se recomienda el uso de un filtro de agua para eliminar olores y contaminantes, asegurando un café con un sabor auténtico.
El hilo de café que cae en la taza es conocido por los baristas como “cola de rata” o “lluvia de espresso”, y debe ser un flujo continuo.
¿Está goteando? Gira el molinillo un clic hacia “7” mientras está en funcionamiento (extrayendo un café).
¿Fluye demasiado rápido? Gira el molinillo un clic hacia “1” mientras está en funcionamiento (extrayendo un café).
La crema debe tener un color avellanado o caramelo y una textura cremosa en la parte superior del espresso. Esto aporta más cuerpo y un retrogusto más prolongado. Ten en cuenta que el resultado variará según el tipo de tueste y la frescura del grano.
Observa el residuo en el contenedor de posos y tócalo para evaluar su consistencia.
¿Está húmedo al tacto? Gira el molinillo un clic hacia “1” mientras está en funcionamiento (extrayendo un café).
¿Está seco y con grumos? Gira el molinillo un clic hacia “7” mientras está en funcionamiento (extrayendo un café).
Si notas que tu café tiene un sabor amargo ou “extraño”, puede deberse a la acumulación de aceites en el grupo infusión. Para solucionarlo, enjuágalo con agua caliente, sin usar detergentes ni disolventes. Gira el molinillo un clic hacia “7” mientras está en funcionamiento (extrayendo un café).
Se recomienda hacer esta limpieza una vez al mes.